Ya me perdonaréis, pero esta semana me cuesta darle a la tecla, las musas se han ido ya de vacaciones de Navidad y sospecho que no volverán hasta después de Reyes (Estévez).
El viaje a Melilla fue más cómodo y calmado de lo que esperaba. Supongo que después de lo de Canarias (véase LOST in La Palma) ya no me pilla nada desprevenido. El plan era el de siempre que hay vuelos de por medio, osease tren hasta Sants, Cercanías, Bus hasta la T1... He hecho un nuevo descubrimiento: hay unas plazas descubiertas (y con bares) para los adictos a la nicotina como yo... como se los han gastado... eso sí, al lado de la pista de despegue para acojone superlativo de los más aprensivos (la verdad es que ver salir un avión de tan cerca te da cierto yuyu)...
Una hora de vuelo hasta Málaga... aquí esperando el embarque i el peazo de desayuno (cada vez odio más la comida de los aeropuertos)

De Málaga a Melilla es media hora de vuelo por encima del Estrecho. La verdad es que lo primero que piensas cuando pasas por encima es en lo desesperados que debe estar la gente para cruzarlo en una patera... Por cierto, también es un avión de hélices, pero más grande que los de Binter y con azafatas rubias (ay omaaaaa...)
Aterrizas, justo después de la valla de la frontera con Marruecos, en un aeropuerto más pequeño que el de Alguaire y lo primero que ves es una gran fila de taxis Mercedes del pleistoceno conducidos por 'paisas' que corren mucho y a la caza del cliente. Las calles de Melilla, después de pasar por el enorme complejo 'Todo por la Patria', son como las de cualquier ciudad africana: casas bajas, con una mano menos de pintura... como volver a los 70 vamos... Por cierto, creo que hay una calle Lérida...
El hotel no está mal, el Tryp Melilla Puerto...
Te avisan de cualquier incidencia que puedas tener... Por cierto: NO, repito, NO beber agua del grifo (casi echo la pota)
Aquí una perspectiva de la ciudad desde la habitación...
Apenas pude dar una vuelta por la ciudad. El pabellón está a cinco minutos caminando desde el hotel. El Imbroda Garden que le llamo yo... está muy bien para trabajar... a pie de pista y con WIFI
Aquí no me venía la inspiración...
Pedir cena en Melilla es una locura... A las 23.00 lo único que puedes hacer es pedir una pizza, pero a restaurantes... La mía, de carne de no se que, me costó sólo 7 euros (mis pies son gratis)
Y prontito de vuelta... Aunque había viento no hubo problemas para salir... Para despedirnos de Melilla, el otro lado de la valla... lo que se ve al fondo es Marruecos... Ni se os ocurra hacer el burro con sustancias de esas que venden en esta ciudad. En el aeropuerto, la Guardia Civil no está para ostias y 'curiosamente' como iba en chandal, me cachearon... Hasta te ponen el DNI en una máquina para ver tus antecedentes (se ve que no tengo....)
Hubo escala en Almería (otro mini aeropuerto). El avión a Barcelona iba lleno de VIPS... aparte de mí, por supuesto... Me tocó sentarme al lado de Fernández Borbalán, el árbitro del Barça-Real Sociedad (yo iba leyendo el AS y no quise entrar en polémicas)... En Business iba Mercedes Sampietro, actriz i ex presidenta de la Academy Española, a la que le sirvieron 'varios' vasos de cava....
Lo más cansado del viaje, también tiene güebs, es Barcelona. Llegué sobre las 15.00 y hasta las 18.00 no pillé el tren de vuelta a Lleida. Tres horas en Sants son para volverse majara y perder entre tres y cuatro cigarrillos si sales a fumar fuera por los gorrones que pululan por ahí.
Bueno, ahora hasta enero no viajo. Próximo destino: Cáceres, que promete mucho...