Perdonad por la tardanza de los episodios del viaje por Alemania, pero en el hotel de Berlin apenas tenía conexión. Ahora, en Hannover, ya puedo subir algunos capítulos. En Lleida el que quiera puede venir a casa a ver las diapositivas!!!
¿Que hay mejor que prepararte tu propio café con sabor a calcetín antes de empezar el trayecto de 500 kilómetros hasta Berlin?
Cuando todo parecía que iba sobre ruedas, descubrimos que el GPS no se cargaba, así que tuvimos que hacer una parada técnica en una área de servicio donde nos dejaron cargarlo un poco y aprovechamos para desayunar. En Alemania tienen una especie de croqueta-hamburguesa muy rica, acompañada de una nueva cerveza...
El GPS tardó más de lo esperado en cargarse la mitad (unas dos horas), así que probaremos otra...
Sobre la hora de comer hay que volver a cargar el GPS, así que otra área de servicio donde me atrevo con el Bratwurst con su correspondiente Kartofellpüree y cebolla... y una Edinger!!!
Después de una buena siesta en el coche, parada para echar una meada y un cigarrito en medio de la nada... y hasta quería salir el sol...
El hotel en Berlin era el Artim, en una zona cercana al centro (si es que en esta ciudad hay un maldito centro de algo). La habitación es acogedora y hemos descubierto la raruna costumbre de los hoteles alemanes sobre las camas. Constan de un colchon, un cojín cuadrado y una colcha doblada... sin noticias de las sábanas...
Como llegamos un poco tarde por culpa del GPS fuimos a dar una vuelta por nuestro barrio: Charlottenburg... Aún se nota la inmigración española, con todas las eñes!!!
Esta es la Savignyplatz. Según la guía una de las más atractivas de Berlin... ejem...
La noche se nos tiró encima sobre las seis, así que sólo pudimos ver la Jüdisches Gemeindehaus (la casa de la comunidad judía), de la que sólo se conserva el pórtico, ya que resultó muy dañada durante la Noche de los Cristales Rotos de 1938.
En el mismo recinto hay un muro con el nombre de los principales campos de concentración donde murieron judíos y en otra placa los nombres de las personas que murieron la noche del Reichskrinstallernacht...
Un poco cansaditos fuimos a tomar algo al King's Pub, rebautizado como 'El del señor que huele a vino'... Véase la modernidad que lo caracteriza. Por cierto, en Alemania se puede fumar en según que locales, algo que ahora nos sorprende... Hay diferentes teorias... El hombre que huele a vino nos dijo que era porque el edificio era tan antiguo que no lo podian permitir...
Y nada, después al hotel en el metro (U), una de las bellezas de Berlin. Por cierto, si tenéis pensado ir a Berlin aviso que hay 'poca' gente que pague... ejem...
Hay la cervezita... las tapitas del bar!
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